Estimado consocio:

Nuestra empresa, socia de la Cámara de Comercio de Lima, trabaja desde hace ocho años con la juventud del Perú que desea estudiar una carrera profesional. Acabamos de terminar un estudio sobre la Deserción Universitaria y deseamos pedir tu opinión al respecto. Por supuesto, es totalmente voluntario, y desde ya agradecemos tu aporte; el mismo que servirá para ayudar a nuestra juventud y los padres de familia.


Deserción universitaria


Entre 40 y 50 mil jóvenes abandonan sus estudios universitarios cada año, lo que representa no menos de cien millones de dólares desperdiciados por los padres de familia, con la consecuente frustración que ello representa para ellos mismos y sus hijos. De estos, el 70% corresponde a estudiantes de universidades privadas, y la diferencia de 30% a universidades estatales.

La tendencia en el sistema universitario privado va en ascenso. El número de ingresantes aumenta considerablemente cada año y el número de egresados también; pero, a un ritmo mucho más lento, lo que hace que la brecha de la deserción se haga cada año mucho más grande. Para dentro de diez años el monto acumulado por la deserción será no menor a 2 mil cien millones de dólares.

En el sistema universitario estatal la tendencia es a disminuir; pero sigue siendo preocupante, más de 13 mil jóvenes lo hicieron para el 2006.
 
Las causas

El aspecto económico:
Los padres de familia, con la mejor intención de ofrecerles a sus hijos una buena educación, asumen un compromiso de pago de pensiones que muchas veces está fuera de su alcance. Cuando ya no es posible seguir manteniendo esta obligación, sus hijos deben abandonar la universidad, con la consecuente frustración para toda la familia, y en especial para el joven que ve truncadas las posibilidades de su desarrollo profesional.

{mosimage} La falta de vocación por la carrera elegida: Otro elemento presente en esta realidad, es que muchos estudiantes no tienen claro si realmente tienen vocación por lo que estudian. Muchos chicos ingresan a la universidad con la esperanza que realmente disfrutarán la profesión elegida; pero luego, sufren una profunda decepción al descubrir que lo que estudian no les agrada o no es lo que esperaban.

¿De quién depende el revertir esta si{jcomments off}tuación?

¿De los padres de familia, de los mismos jóvenes, de los maestros, de las universidades, del Estado, de quién?

¿Qué hacer?
Les preguntamos a ustedes padres de familia, profesores, psicólogos, ejecutivos, y a los jóvenes del Perú.

Es muy importante recibir tu opinión, y hacérsela conocer a los cientos de miles de jóvenes, padres de familia, maestros y público en general, y así poder apoyarlos en estos momentos en que deben tomar una decisión.

Tú, como profesional o padre de familia, que puedes haber sufrido en carne propia esta mala experiencia, o tal vez conoces algún caso similar, puedes aportar mucho a este debate.

Muchas gracias

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