Entonces empieza a buscar.
Llega el fin de año y con el final de una larga travesía llamada: educación escolar. Adiós a los compañeros, adiós al uniforme y todas las anécdotas que nos acompañaron en este largo camino. No obstante, lejos de acabar las preocupaciones empieza una nueva: y ahora ¿qué voy a estudiar?

Esta es la pregunta que ronda la cabeza de miles de chicos que andan con gran confusión y que necesitan urgentes respuestas. La pregunta clave en estas circunstancias es: ¿Qué estamos haciendo para encontrarlas? O tal vez, otra mucho más importante: ¿Estamos realmente buscando respuestas?

En el colegio era todo más fácil. Wikipedia, Rincón del vago y listo. Ctrl C+ Crtl V y terminada la tarea. Copiar y pegar y luego a jugar. Y con esta lógica queremos salir a buscar respuestas, con la filosofía del Fast food y con la facilidad que nos ofrece el Google. Y este no es el camino. Buscar nuestra vocación no es hacer una monografía, ni una tarea a la volada. Buscar nuestra vocación no equivale a sacar un 20 o un 05 en matemáticas. Aquí nadie nos va a evaluar, nadie, más que nosotros mismos.

Buscar nuestra vocación implica, en primer lugar, tomar la decisión de mirar en nuestro interior, revisar nuestro pasado y ver que tenemos en la despensa. Ver qué nos gustaba desde niños, qué nos motivaba a construir las cosas (o a destruirlas). Como bien ha explicado el psicólogo Javier Echevarría, nuestro expositor, debemos empezar por hacernos cuatro preguntas básicas: qué nos gusta, para qué hago aquello que me gusta, como lo hago y dónde quiero estar. Luego de hacernos y respondernos estas preguntas recién podemos trazar un camino hacia el encuentro con nuestra vocación. Hay muchas herramientas que nos ayudan en este proceso.

Están por ejemplo los test de orientación vocacional (los de verdad, desde luego, no aquellos que más parecen un oráculo de Delfos), como el que ofrece Logros y la Universidad Marcelino Champagnat que en base a un novedoso software interactivo, te ayuda a identificar tus fortalezas y debilidades en las áreas de aptitudes, hábitos de estudio, intereses, entre otras; para favorecer una efectiva orientación vocacional.

Este test, para suerte tuya, tendrá en breve en el portal de Logros: www.logros.edu.pe su versión virtual, a la cual podrán acceder en cualquier parte del mundo y en todo momento, el mismo que ofrecerá un resultado bastante más cercano a la realidad que esos que abundan en línea. También hay otras formas de afianzar el proceso de búsqueda, por ejemplo, están las charlas de orientación vocacional que ofrece Logros. Asistir a una de estas charlas les resultará más beneficioso que cientos de visitas a ferias que solo ofrecen “orientación profesional”.

Y es por eso fundamental, distinguir entre orientación vocacional y profesional, mientras que la primera está dirigida al proceso de búsqueda interior, la segunda ofrece información sobre carreras e instituciones educativas. En el Portal de Logros se puede encontrar todas las formas de orientación. Pero finalmente, mí estimado lector. Todo parte de tu ACTITUD. De tomar la decisión y poner el empeño en “descubrirnos a nosotros mismos”. Las herramientas están allí a la mano, solo falta animarnos a dar el primer paso para encontrar cual es nuestra vocación.


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