¡Ahora sí ingresaré a la universidad!

La desazón de no haber alcanzado una vacante en el examen de admisión tiene sus consecuencias favorables: ganaste experiencia sobre este tipo de eventos que genera angustia, has identificado los errores que podrías corregir, tienes mayor conocimiento y por lo tanto solo tienes que reforzar los puntos débiles. Como notarás, muy a pesar del dolor de no ingresar a la universidad, se te presenta una excelente oportunidad de lograr tus metas.


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