Pasó navidad. Pasó la fiesta por año nuevo y con esta época se viene, no sólo el verano con sus temas pegajosos, sino también un nuevo dolor de cabeza para aquellos chicos que ya tienen su prospecto bajo el brazo y muchos temores cuando recuerdan que en sólo unas cuantas semanitas se inicia ese “terrible examen de admisión”.
Recientemente en la Universidad Nacional del Litoral de Argentina se realizó un estudio titulado "Cambios orgánicos asociados con el temor durante las evaluaciones en la universidad", hecho por los profesores Moreyra y Panza Doliani en forma conjunta y que recibió el premio Profesor Braulio A. Moyano al mejor trabajo de Neurociencia Cognitiva, otorgado por la Asociación Argentina de Investigación en Neurociencia en setiembre pasado.
En este estudio se especificó que la tensión debido a las evaluaciones, afectan al organismo del alumno generando problemas de la piel, males gastrointestinales, trastornos del sueño y el apetito, dolores cervicales y musculares, resfríos y hasta fiebre y conjuntivitis.
"Las variaciones que encontramos en sangre evidencian que el cerebro produce grandes alteraciones hormonales ante situaciones como un examen", indicó el Dr. Panza Doliani.
Por este motivo, es muy común ver entre los jóvenes que están a puertas de un examen de admisión muchos de los síntomas descritos sin ningún motivo aparente. Y es la tensión a la que se someten los chicos durante este proceso la que crea todas estas enfermedades.
El miedo y angustia son estados emocionales que todos tenemos en algún momento determinado provocados por la percepción de un peligro, real o supuestos. Sin embargo, si logramos canalizar estas emociones podremos dar un gran paso en el inicio de nuestra vida universitaria.
“En principio, es conveniente aclarar que un nivel de angustia y ansiedad es necesario para lograr una preparación adecuada, focalizar la atención y realizar el mejor esfuerzo para obtener mejores resultados. Esto es necesario y normal, por lo tanto, no hay que neutralizarlo, sino incorporarlo y manejar esa tensión de forma productiva", aclara Fernando Gasalla de la UNGS (Argentina).
El mismo especialista nos señala dos premisas fundamentales para superar estos temores:
- No dejarse influenciar por los nervios de los demás. El estudiante siempre tiene la impresión de que el resto sabe más y tiende a minimizar su aprendizaje. Hay que aprender a valorar el conocimiento obtenido durante los días de estudio.
- Presentarse siempre que se haya estudiado a conciencia para un examen. Si estamos seguros que nos hemos preparado a cabalidad entonces debemos repetirnos esto a nosotros mismos. ¡Empezar a convencernos de qué podemos es el primer paso!
Si bien el examen es un paso muy importante para nuestras vidas, lo fundamental, es saber que una evaluación no es una situación extrema, sino que se trata de una evaluación de conocimientos. Se deben aceptar las reglas del juego y tener claro que la vida no se va en aprobar o desaprobar un examen. Siempre hay una segunda oportunidad para triunfar.
Pilar Jericó señala 3 pasos para vencer el miedo:
- Aceptar que tenemos miedo. Sabemos que todos lo padecemos y no es un síntoma de debilidad reconocerlo.
- Identificar cuál es nuestro miedo. A veces no es fácil reconocerlo. En ese caso lo mejor es centrarnos en la otra cara de la moneda: ¿cuál es nuestra motivación?: ¿estar integrados en el grupo? ¿Ganar mucho dinero? ¿Alcanzar unos objetivos? En función lo que nos motive tendremos miedo a perderlo.
- Mirar al miedo a la cara y hacerlo concreto. Nuestro peor enemigo siempre es nuestra propia cabeza. Nosotros somos capaces de imaginar cosas mucho peores que la realidad. Por eso son tan peligrosos los miedos ambiguos. Cuando alguien te dice: "haz esto o atente a las consecuencias", probablemente pensemos en unas consecuencias mucho más dramáticas que las que luego realmente sucederán.
Por ese motivo, estimado lector, ahora que ya falta poco para tu examen de admisión, es necesario que reflexiones sobre estas palabras y te des cuenta que el miedo nace y muere en ti. Nadie más que tu mismo puede superarlo, tú tienes las armas necesarias, tú tienes el control y el poder de salir adelante. Recuerda como decía el gran Nelson Mandela "No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo".