El tránsito de la infancia a la adolescencia va acompañado por cambios graduales íntimamente relacionados con la vida emocional. Siempre se ha considerado dichos estados emotivos de estos periodos de la vida como parte integrante de la naturaleza de la adolescencia; sin embargo, además del aumento de la emotividad en este periodo, se produce también una expansión de las emociones hacia el campo social.

Adquieren gran importancia en terror y la furia en relación con las situaciones sociales: aparece la sensación de la autoconciencia sobre la capacidad personal; se convierte en la máxima obsesión del adolescente su aceptación por parte de sus compañeros. Este temor a expresarse en público, al fracaso y al ridículo es cada vez más intenso durante esta edad.

El desarrollo emocional depende, en cierta medida, de la capacitación motora, de la maduración y del aprendizaje. Puede comprobarse la relación entre el desarrollo emotivo y social en las primeras relaciones emocionales y sociales del bebe frente a su madre. La evolución emotiva y social se halla claramente insertada en las respuestas sociales del niño en cada etapa de su desarrollo social.
El desarrollo, al alcanzar la adolescencia, se caracteriza por un creciente interés por la presentación personal, por la opinión de los compañeros y por las actividades sociales en que participan miembros del sexo contrario. La correcta adaptación social del adolescente depende de numerosos factores, incluso del proceso evolutivo a que estuvo sometido en su primera infancia.

Todo esto se debe a que el crecimiento y el desarrollo son progresivos por naturaleza. Es, pues, necesario que se brinde a los chicos de ambos sexos las máximas oportunidades para integrarse en actividades sociales en los distintos periodos de su vida. Esta integración habrá de coordinarse en todo momento con el nivel de madurez del niño y sus experiencias anteriores, si se aspira a que sea realmente eficaz.

{mosimage}Con el despertar de la adolescencia, se aprecia un interés cada vez más profundo por la participación en ciertas actividades como clubes, equipos deportivos, grupos, etc. Si se ofrecen a los adolescentes las oportunidades necesarias para un desarrollo normal bajo una experta orientación, tenderán a buscar la compañía de individuos del sexo contrario al mismo tiempo que con amigos del suyo propio. Las cualidades sociales se manifiestan con más relieve en el lenguaje, conducta y expresividad motora. Para el desarrollo de la sociabilidad es, naturalmente, necesario ponerse en contacto con otros, pero son esenciales otros elementos a saber:

  1. Cierta actividad colectiva de interés, por ejemplo: Un lenguaje, símbolo, credo u objetivo
  2. El efecto de sugestión o apoyo ante las expresividades de otros
  3. Un clima de intercomunicación

“La adolescencia significa para mí la época en que algunas personas comienzan a cambiar, algunas dejan el estudio a un lado y más se dedican a la diversión, también algunos siguen una vida muy rara como por ejemplo:

- Una vida de infelicidad, otros - Una vida llena de felicidad y de mucho orgullo. - Otros, una vida dedicada a la pura diversión, mientras que otros dedicados al estudio. Para muchas personas, la adolescencia es la época más linda de su vida, ya que llegan a saber qué es el amor y además encuentran la gran diferencia de querer y amar.”

José Manuel, 14 años

Lic. Julio Silva C.

 


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